¿Se puede ganar tolerancia? Junto con la injusticia y la violencia descaradas, la discriminación y la marginación son formas comunes de intolerancia. La educación para ganar tolerancia debe tener como objetivo contrarrestar las influencias que conducen al miedo y la exclusión de los demás, y debe ayudar a los jóvenes a desarrollar capacidades para el juicio independiente, el pensamiento crítico y el razonamiento ético.
La diversidad de las muchas religiones, idiomas, culturas y etnias de nuestro mundo no es un pretexto para el conflicto, sino un tesoro que nos enriquece a todos.
«El respeto y ganar tolerancia son actos liberadores, por los que las diferencias de los demás se reconocen como las nuestras y por las que las riquezas de otra cultura se toman como la riqueza de todos» – Irina Bokova, 21 de marzo de 2014
El día de su quincuagésimo aniversario, el 16 de noviembre de 1995, los Estados Miembros de la UNESCO adoptaron una Declaración de Principios sobre la Tolerancia.
Entre otras cosas, la Declaración afirma que ganar tolerancia no es indulgencia ni indiferencia.
Es respeto y apreciación de la rica variedad de culturas de nuestro mundo, nuestras formas de expresión y formas de ser humano.
La tolerancia reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los demás. La gente es naturalmente diversa; solo la tolerancia puede garantizar la supervivencia de comunidades mixtas en todas las regiones del mundo.
¿Cómo se puede contrarrestar la intolerancia y ganar tolerancia?
Contenidos
Pelear la intolerancia requiere ley
Cada gobierno es responsable de hacer cumplir las leyes de derechos humanos, de prohibir y castigar los crímenes de odio y la discriminación contra las minorías, ya sean cometidas por funcionarios del Estado, organizaciones privadas o individuos.
El Estado también debe garantizar la igualdad de acceso a los tribunales, los comisionados de derechos humanos o los defensores del pueblo, para que las personas no tomen la justicia por sus propias manos y recurran a la violencia para resolver sus disputas.
Ganar tolerancia requiere educación
Las leyes son necesarias pero no suficientes para contrarrestar la intolerancia en las actitudes individuales.
La intolerancia a menudo está enraizada en la ignorancia y el miedo: miedo a lo desconocido, al otro, a otras culturas, naciones, religiones.
La intolerancia también está estrechamente relacionada con un sentido exagerado de autoestima y orgullo, ya sea personal, nacional o religioso.
Estas nociones se enseñan y aprenden a una edad temprana.
Por lo tanto, se debe hacer mayor hincapié en educar más y mejor. Se deben hacer mayores esfuerzos para enseñar a los niños sobre la tolerancia y los derechos humanos, sobre otras formas de vida.
Los niños deben ser alentados en el hogar y en la escuela a ser abiertos de mente y curiosos.
La educación es una experiencia de toda la vida y no comienza ni termina en la escuela. Los esfuerzos para ganar tolerancia a través de la educación no tendrán éxito a menos que alcancen a todos los grupos de edad, y tengan lugar en todas partes: en el hogar, en las escuelas, en el lugar de trabajo, en el cumplimiento de la ley y en la capacitación legal, y también en entretenimiento y autopistas de la información.
Combatir la intolerancia requiere acceso a la información
La intolerancia es más peligrosa cuando se explota para cumplir las ambiciones políticas y territoriales de un individuo o grupos de individuos.
Los involucrados a menudo comienzan identificando el umbral de tolerancia del público. Luego desarrollan argumentos falaces, se encuentran con las estadísticas y manipulan la opinión pública con desinformación y prejuicios.
La manera más eficiente de limitar la influencia de los alarmistas es desarrollar políticas que generen ganar tolerancia y promuevan la libertad de prensa y el pluralismo de prensa, para permitir que el público diferencie entre hechos y opiniones.
Ganar tolerancia requiere conciencia individual
La intolerancia en una sociedad es la suma total de la intolerancia de sus miembros individuales.
El fanatismo, los estereotipos, el estigma, los insultos y las bromas raciales son ejemplos de expresiones individuales de intolerancia a las que algunas personas están sujetas a diario.
La intolerancia genera intolerancia. Deja a sus víctimas en busca de venganza. Para luchar contra la intolerancia, las personas deben tomar conciencia del vínculo que existe entre su comportamiento y el círculo vicioso de desconfianza y violencia en la sociedad. Cada uno de nosotros debería comenzar por preguntar: ¿soy una persona que puede ganar tolerancia? ¿Acepto el estereotipo de personas? ¿Rechazo a los que son diferentes a mí? ¿Culpo a otros de mis problemas?
La lucha contra la intolerancia requiere soluciones locales
Mucha gente sabe que los problemas del mañana serán cada vez más globales, pero pocos se dan cuenta de que las soluciones a los problemas globales son principalmente locales, incluso individuales.
Cuando nos enfrentamos a una escalada de intolerancia a nuestro alrededor, no debemos esperar a que los gobiernos y las instituciones actúen solos, todos somos parte de la solución.
No debemos sentirnos impotentes porque en realidad poseemos una enorme capacidad para ejercer el poder. La acción no violenta es una forma de usar ese poder: el poder de las personas.
Las herramientas de la acción no violenta de un grupo para enfrentar un problema, es organizar una red de base, demostrar solidaridad con las víctimas de la intolerancia, desacreditar la propaganda odiosa y estar disponibles para todos aquellos que quieren poner fin a la intolerancia, la violencia y la violencia así como el odio.
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